En registradores y registro de dominios llevamos tiempo leyendo artículos donde se define el concepto de nube en Internet, y las diferentes definiciones, en nuestra opinión, tienden más a confundir que a aclarar dicho concepto. Con este artículo pretendemos aclarar lo que implica y significa la nube, explicando cada uno de los términos que la acompañan.
¿Que es la nube?
El Instituto Nacional Americano de Estándares y Tecnología define el cloud computing de la siguiente manera: “La informática en la nube es un modelo que tiene como objetivo establecer un acceso a la red ubicuo, apropiado y bajo demanda a un conjunto compartido de recursos informáticos (redes, servidores, servicios de almacenamiento, aplicaciones y otros servicios) que pueden ser rápidamente asignados y liberados con un esfuerzo mínimo de gestión por parte del proveedor del servicio.”
Características de la informática en la nube
De la definición previa podemos concluir que la informática en la nube ofrece cinco características fundamentales:
- Ubicuidad, es decir, el acceso a la nube no está restringido a un dispositivo determinado, es algo global.
- Acceso bajo demanda, es decir, a petición del usuario.
- Conjunto compartido de recursos informáticos de todo tipo.
- Rápido aprovisionamiento.
- Utilización de los recursos medible.
En conclusión, si queremos entender mejor qué es la nube deberemos definir de forma más clara sus características: en la nube disponemos de diferentes recursos informáticos (capacidad de procesamiento, memoria, almacenamiento, etcétera); los usuarios pueden acceder cómodamente a dichos recursos, siempre que quieran y pueden en muchas ocasiones desplegarlos rápidamente por sí mismos; en otras ocasiones los recursos deberán desplegarse por el proveedor de los servicios en la nube pero este despliegue será automático o requerirá un esfuerzo mínimo; y, finalmente, tanto usuarios como proveedores pueden medir la utilización de los recursos.
Aplicaciones o equipos e la nube
Lo que todo esto significa es que las aplicaciones en sí quedan desligadas de los equipos que hay por detrás. Pensemos por un momento el algo que hacemos prácticamente a diario, todos los día accedemos a numerosos sitios webs en Internet, lo único que hacemos es teclear su URL o utilizar un buscador para localizar la página web a la que queremos acceder, damos un clic y eso es todo. Desde luego no nos preocupa si la página web está alojada en un servidor DELL o HP, si se trata de un servidor físico o virtual, si el sistema operativo del servidor el Unix o Windows o si el tipo de almacenamiento es DAS o SAN. Lo único que nos interesa es que hemos llegado a la página web –o a la aplicación-, para nada es importante el equipamiento que hay por detrás.
Profundicemos un poco más en el alojamiento de una página web, el equipamiento que hay por detrás se trata de un conjunto de recursos informáticos: la red de acceso al servicio de alojamiento, los conmutadores de red, los cables de red, los servidores (que incluyen CPU, memorias, discos duros, etcétera), los balanceadores de carga, etcétera. Todo este equipamiento lo maneja y suministra el proveedor de los servicios de alojamiento y el sitio web que nosotros visitamos utiliza sólo una porción mínima de estos recursos. De hecho es bastante común que un servidor web aloje hasta miles de sitios webs. Nosotros como usuarios de Internet sólo accedemos a la página web correspondiente desde nuestro ordenador, portátil, tableta o smartphone.
Desde el punto de vista de un usuario, la aplicación -ya sea un sitio web, un gestor de correo electrónico, un editor de fotos, un calendario electrónico, una radio online o cualquier otra aplicación online- está disponible para su uso, independientemente de dónde y cómo la aplicación se ejecuta.
Servicios para empresas en la nube
Si extendemos esta idea desde nuestros hogares a las empresas, podemos suponer que la nube les ofrece una ventaja muy importante y es el hecho de tener la capacidad de poder disponer de un servidor nuevo en tan sólo unos minutos.
La red de nuestra empresa se ha ralentizado y necesitamos un nuevo servidor, pues es posible tener uno nuevo operativo en pocos minutos. El personal de sistemas de la información lo único que tendrá que hacer es realizar una petición, el sistema en la nube configura un nuevo servidor y nos proporciona una nueva dirección IP y un nombre de servidor. Luego obviamente nuestra empresa tendrá que pagar por el nuevo servidor, pero será en base al uso que le demos y que podremos medir de forma muy sencilla. No tendremos sorpresas en la factura y nuestro presupuesto en informática estará perfectamente ajustado.
Básicamente esto es lo que significa el concepto de nube, un concepto que está transformando la infraestructura de los sistemas de información y que posibilita a usuarios y empresas recibir un servicio informático sin que sea relevante los equipos o el hardware que hay por detrás. No hay que elaborar un presupuesto específico para actualizar los servidores, no hay que preocuparse por los picos de demanda de procesamiento en los servidores, incluso es posible reducir las necesidades de personal de sistemas.
Bienvenidos todos a la nube y dejemos en manos de nuestros proveedores las aplicaciones y como hacerlas funcionar, nosotros podemos limitarnos a utilizarlas y concentrarnos en rentabilizar nuestro negocio, sin que los sistemas de información nos afecten.
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