El 21,5 por ciento de las empresas españolas innovadoras tienen alguna marca registrada. Si lo comparamos con otros modelos de protección de la propiedad intelectual, un 11,8% de solicitud de patentes, un 10,2% de diseños industriales y un 1,7% de registros de derechos de autor, sin duda el registro de marcas es el modelo de protección más utilizado en España.
En otros países como Francia y Alemania, la solicitud de patentes supera el 20%, en Grecia es donde más se protegen los diseños industriales con un 24,8% y finalmente, la cifra más alta de registro de derechos de autor se da en Luxemburgo con un 12,3%.
Según este estudio, que utiliza datos del año 2004, en el conjunto de la Unión Europea, el 33% de las empresas innovadoras se inclinaron por el registro de marcas, el 28% por la protección de los diseños industriales y las patentes, y el 11% registraron algún derecho de autor. En comparación con el año 2000, en España el número de empresas que recurrieron al registro de una marca creció un 9,5%, mientras que en el caso de las patentes hubo pocos cambios, un aumento del 0,2%, y se produjo un descenso del 1,1% en la protección de los derechos de autor y del 5,2% en la protección de diseños industriales.
El estudio revela que las empresas prefieren proteger sus invenciones o signos distintivos ante organismos registradores nacionales, como la Oficina Española de Patentes y Marcas o la Sociedad General de Autores y Editores, en vez de ante entidades internacionales como la Oficina de Armonización en el Mercado Interior (OAMI), que permite registrar diseños o marcas de manera que con una única solicitud, la marca queda protegida en toda la Unión Europea.
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